Pero cuando alguien gana una y otra vez las elecciones, no es sólo porque lo esté haciendo bien en la gestión... es que en frente está la nada. Y eso es lo que pasa en Roquetas de Mar.
La última esperanza rosa (socialista, vamos) era Juan Miguel Peña, quien a pesar de estar condenado por el asalto a la sede de una organización, y a pesar de tener multas y expediente abiertos por irregularidades en sus explotaciones agrarias, y además de sembrar serias dudas sobre aspectos más peliagudos en la compraventa de terrenos, pues fue colocado en la lista al Senado y fue elegido por los ciudadanos. De ahí a ser el candidato a la alcaldía de Roquetas... sólo un paso.
Pero el paso fue duro, ya que contaba con la oposición de todo el partido roquetero pero... ah... donde manda patrón no manda marinero... donde manda Martín... pues ya ya se pueden ir tentando la ropa los que no piensen como él.
Peña no ha abierto la boca en lo que va de mandato municipal para nada. Por ejemplo, no ha dicho nada del PGOU, ni de los presupuestos, ni de... nada... missing.
La cosa es tal que se están recogido firmas para obligarle a que deje la secretaría general del PSOE roquetero, y parece ser que cuando eso llegó a sus oidos, y habida cuenta de que ya tiene algunos asuntos resueltos administrativamente, pues será él quien presente la dimisión la semana próxima. Nadie duda que seguirá de concejal.
Pero es que en Juventudes Socialistas las cosas no están mejor. La máxima responsable de esta organización en el municipio que gobierna Gabriel Amat, es Anabel Mateos, la coordinadora del Instituto Andaluz de la Juventud en Almería, que tan ocupada debe estar repartiendo los vales culturales de 60 euros que la renovación de la directiva de las JJSS parece ser que no se ha hecho de modo correcto y ha sido impugnada la convocatoria de asamblea.
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